martes, 14 de marzo de 2006

Estado catatónico II

Si todo fuera como antes, vos me preguntarías porque lo hago, y yo te respondería que alguna vez estuve embriagado de tu amor, y que solo quiero exprimir y beber hasta la última gota de aquel maravilloso elixir. Lo hago por amor.
Lo nuestro fue arte y yo vivo por y para el arte; y, de modo meramente egoísta, no dejare que nada de todo eso se me escape, aunque paradójicamente de esa forma asesine lo poco que queda. No me importa... En el asesinato, como en el arte y como en el amor, todo comienza en un fuerte sentimiento y culmina en un irreprochable desastre.