Abandonar la playa, escuchar un tango y volver a sentir esa extraña sensación que alguna vez, paupérrima, invadió nuestra tranquilidad una noche de Boulevard.
Abandonar la playa, escuchar un tango y volver a sentir esa extraña sensación que alguna vez, paupérrima, invadió nuestra tranquilidad una noche de Boulevard.