sábado, 12 de junio de 2004

Catarsis

Bautízame, derrama tus lágrimas de remordimiento inevitable sobre mi boca.
Edúcame, enséñame a romper todas las reglas que rigen moralidad en mi cabeza.
Senténciame, conquista mi corazón, mis manos y mis ojos, pero hazlo secretamente. Conspírate contra mi temor.
Sepúltame, rómpeme en mil pedazos y dime que este juego ya había terminado antes de haber comenzado.
Añórame, recuérdame como el más fiel de tus amantes. El que solo se llevo de esto, un puñado de palabras errantes.