miércoles, 12 de agosto de 2009

El acto simbólico

Considero al acto simbólico como una apertura hacia nuevos horizontes, a partir de el se puede atravesar el espejo, trascender la mente.

Un acto simbólico consiste en realizar una acción de modo alegórico para conseguir una reacción real sobre el asunto representado; esta acción puede lograr un resultado iniciador sorprendente e incluso una súbita solución a un determinado problema.

Es una realidad, la idea de acto simbólico, la necesidad de utilizarlo, es más propensa a aparecer en el marco del delirio -muchas veces generado por la imposibilidad- que en el de la cordura; pero ¿Quien puede asegurar que la cordura trabaja como un canal directo hacia la prosperidad?
El delirio funciona como canal creativo hasta en los casos más crónicos, la insolubilidad deja de existir, todo carece de importancia; solo el presente, ese instante inmedible en el que cualquier cosa puede pasar, es lo único que le concierne a quien entra en este estado, si se quiere límite, ya que coarta las barreras mentales, y por esta razón no es de extrañar que quien se ve inmerso en el acuda a buscar soluciones en campos irracionales, es sobre todo aquí cuando el acto simbólico debería ser considerado como un recurso válido.