Vilmente se introdujo en el sitio equivocado el factor más tramposo ¡Y todos se ven tan Fascinados! La rancia pasta de campeón parece narcotizar las almas de los cuasi-desalmados, quienes como en el mito del carro alado, le dan rienda suelta al caballo díscolo. A pesar de eso, todos se quejan.
Asumo la absoluta responsabilidad, aunque nunca será suficiente la discordia... Quizás tenga que arrodillarme ante mis abogados y sus jueces para que me corten la cabeza por traidor.