lunes, 29 de octubre de 2007

La vorágine

La gente que admira el acto suicida lo hace desde muy lejos; el suicidio, para los románticos, es el último rasguño a la vida, la excusa de los hechos, la convicción en el error. Como escupirse la cara uno mismo pero no dejar que te la escupan... Las personas a las que el suicidio las deslumbra, son tan calculadoras que saben como hacer para suicidarse mil veces sin morirse. Todos ellos, tibios mancebos del suicidio, son insoportables.